Si bien el neuromarketing es aún un campo de estudio relativamente reciente. En los últimos años ha presentado un importante impulso y creciente interés a lo largo de toda Latinoamérica.
Para muchos parece ser como el santo grial de las tecnologías de investigación, ya que se cree que nos podría dar la explicación de todos los comportamientos y decisiones que toman consumidores. En otro extremo, están quienes creen que lo recubre un manto de maldad y brinda las herramientas para controlar las mentes. La realidad es que está bastante distante de ambos extremos.
Por supuesto que este campo emergente aún parece ser muy controversial, pero, en definitiva, se debe a que no se termina de entender de qué se trata. Quienes estamos en este ámbito tenemos que seguir comunicando qué hacemos, cómo lo hacemos y cuáles son los resultados. Para ello es necesario comenzar con algunas definiciones
Definiendo el neuromarketing
Como este blog está destinado a abarcar todos los aspectos que conforman al neuromarketing opté por la definición propuesta por Stephen Genco (2013) ya que fue diseñada desde un punto de vista amplio: «Definimos al neuromarketing como cualquier actividad de marketing o investigación de mercados que utiliza métodos y técnicas de neurociencias, o bien, se basan en hallazgos o conocimientos provistos por las nuerocienicas.»
Conclusión
A partir de aquí es donde el neuromarketing va a atravesando las mayores dificultades, ya que, en última instancia, se trata de resolver los mismos problemas generales de investigación de mercado, e incluso, de cualquier actividad de marketing desde un punto de vista general.
En este sentido, el neuromarketing no tiene nada de misterioso. Es simplemente otro tipo de investigación de mercado, sujeto a las mismas limitaciones de tiempo, dinero y utilidad que cualquier otro tipo de investigación que se realiza todos los días.
Entonces, para que el neuromarketing valga la pena, tiene que ayudar a los responsables de marketing a resolver estos problemas y a tomar mejores decisiones.
